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¿Cuál es la finalidad de la evaluación de riesgos psicosociales y qué fases tiene?
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Fecha última revisión: 22/07/2024
El INSST define la evaluación de los riesgos psicosociales como una herramienta cuyo objetivo es diagnosticar la situación de una empresa o áreas parciales de la misma, identificar, evaluar y valorar los riesgos psicosociales para establecer medidas preventivas.
Para realizar la correcta evaluación de los riesgos hay que determinar unos indicadores concretos.
Por último, para determinar la existencia de riesgos psicosociales se realizarán las siguientes fases:
- Determinación de la necesidad de la evaluación psicosocial.
- Determinación de los riesgos que se han de analizar y estimación de su magnitud.
- Identificación de los puestos, tareas y unidades de análisis expuestos a los riesgos psicosociales
- Elección de la metodología y de las técnicas de investigación que se han de aplicar.
- Consulta y participación de las personas trabajadoras.
- Análisis de los resultados.
- Elaboración de un informe de resultados.
- Elaboración de un programa de intervención psicosocial y puesta en marcha.
- Seguimiento y control.
La evaluación de riesgos psicosociales es una herramienta diagnóstica para identificar y gestionar riesgos en el entorno laboral, con el fin de mejorar las condiciones de trabajo y la salud de los empleados. Es obligatoria según la LPRL y el RSP, y se realiza ante indicios de problemas psicosociales, requisitos legales, o cambios significativos en el trabajo. Se inicia con la revisión de bibliografía y entrevistas a personal relevante, utilizando indicadores de exposición y consecuencias para medir los riesgos.
Las técnicas de recogida de información incluyen observación, estadísticas, cuestionarios, listas de chequeo y auditorías. La metodología y técnicas de investigación se eligen en función de las condiciones de la organización y los factores de riesgo a evaluar. La participación de los trabajadores es esencial en el proceso.
Tras el análisis de resultados, se elabora un informe y un programa de intervención psicosocial, que incluye medidas de prevención primaria, secundaria y terciaria. Se priorizan actuaciones sobre focos de exposición claros, acciones con resultados a corto plazo y que actúen sobre varios factores de riesgo. Finalmente, se realiza un seguimiento y control de las acciones implementadas.
A TENER EN CUENTA. El INSS ha publicado recientemente el documento divulgativo: Directrices básicas para la gestión de los riesgos psicosociales. INSST. Año 2022, que podemos utilizar como referencia para una gestión psicosocial preventiva efectiva. Del mismo modo, en la página web del INSST, está disponible «AIP FPSICO 4.1», una herramienta de evaluación de riesgos psicosociales útil para identificar y prevenir riesgos psicosociales en el entorno laboral (incluye 9 factores de riesgo y una aplicación informática que trata estadísticamente las respuestas para obtener conclusiones sobre el nivel de riesgo que puede existir en la empresa).
CUESTIONES
1. ¿Por qué es obligatoria una evaluación de riesgo psicosocial?
La evaluación de riesgos psicosociales se enmarca dentro de los procesos de evaluación de riesgos que exigen los arts. 16 de la LPRL y 3.1 del RSP. Este proceso es fundamental para una correcta protección en materia de seguridad y salud en el trabajo.
2. ¿Qué situaciones determinan la realización de una evaluación de riesgos psicosociales?
De conformidad con lo establecido en el art. 16 de la LPRL, una evaluación de riesgos psicosociales en el lugar de trabajo puede ser necesaria a partir de diferentes situaciones. Algunas de ellas puede ser la siguiente (NTP 450: Factores psicosociales: fases para su evaluación, desarrollada a su vez por la NTP 702: El proceso de evaluación de los factores psicosociales. INSST. Año 2006):
- Constatación de una serie de anomalías o disfunciones que hagan sospechar que existen problemas de índole psicosocial (cúmulo de quejas, absentismo elevado, baja productividad, etc.).
- Existencia de requisitos legales que ayuden a detectar los posibles riesgos psicosociales existentes.
Comprobación de que las medidas preventivas existentes son las adecuadas.
- Evaluación global anterior.
- Introducción de innovación en el lugar de trabajo, nuevo proceso de producción, nuevos equipos materiales o humanos, modificación de la organización del trabajo, etc., que alteren significativamente la situación actual.
3. ¿Cómo podemos empezar con la evaluación de riesgos psicosociales?
Una vez definida la necesidad de la evaluación, existen distintas posibilidades (NTP 450: Factores psicosociales: fases para su evaluación, desarrollada a su vez por la NTP 702: El proceso de evaluación de los factores psicosociales. INSST. Año 2006):
- Repasar la bibliografía existente sobre el tema o puestos de trabajo que se vayan a valorar, a fin de realizar una primera lista de problemas.
- Entrevistarse con personas que puedan dar distintos puntos de vista sobre el tema o puesto a estudiar: dirección, servicios preventivos, departamento de personal, mandos intermedios, y personal implicado.
Indicadores en la evaluación psicosocial
La mayoría de los factores de riesgo psicosocial están presentes en todas las organizaciones, no obstante, dada su diferente configuración en cada caso, son difíciles de delimitar, lo que supone un campo abierto, aunque se hayan precisado algunos de los elementos más importantes.
Para una correcta evaluación de riesgos psicosociales debemos determinar unos indicadores correctos.
Un indicador es un concepto en el que los elementos a evaluar deben tener formas que puedan ser descritas y cuantificadas, aunque no sea fácil la tarea ni exacto el resultado. El resultado será una aproximación que puede ser contrastada, comprobada y replicada, y que solo supone un consenso inicial sobre algunas de las características fundamentales de la realidad a medir.
En el ámbito de los factores psicosociales de estrés y de los riesgos psicosociales, Roozeboom, Houtman y Van den Bossche (2008), distinguen dos tipos de indicadores:
- Indicadores de exposición: que corresponden a los elementos que activan las respuestas en los trabajadores (ej. sobrecarga, ritmo de trabajo o autonomía sobre el mismo).
- Indicadores de consecuencias: que indican los problemas de salud y las consecuencias presentes en los trabajadores (ej. trastornos musculoesqueléticos, absentismo o disminución de la productividad).
Bajo el epígrafe «¿Lo estoy haciendo bien? control y seguimiento», las Directrices del INSST concretan otra serie de indicadores, los de control y seguimiento, es decir, los que, una vez evaluada la situación, nos indicarán la eficacia de las medidas implantadas. Para ello se establecen:
- Indicadores para evaluar resultados: «disminución de la exposición, medida a través de una nueva evaluación psicosocial, tasas de incapacidad temporal, registros propios de la vigilancia de la salud, índice de rotación de puestos o del número de incidencias en la producción o el servicio, mejora de las relaciones interpersonales y la cooperación manifestada en los grupos de trabajo, incremento de propuestas de mejora por parte de las personas trabajadoras o mandos, disminución de quejas, etc.».
- Indicadores para evaluar el proceso: «índice de participación voluntaria en determinados programas o actividades, cumplimiento de la planificación establecida, opiniones de los agentes más directamente implicados en la intervención, actas de reuniones, cuestionarios de satisfacción, análisis de grupos de discusión, etc.».
Como propuestas metodológicas encontramos la NTP 450: Factores psicosociales: fases para su evaluación. INSST. Año 1995, la NTP 702: El proceso de evaluación de los factores psicosociales. INSST. Año 2006 y el punto 5.1 «Diagnóstico psicosocial. Evaluación de los riesgos psicosociales» de las Directrices básicas para la gestión de los riesgos psicosociales. INSST. Año 2022, donde se desarrollan —prácticamente— las mismas fases, pero bajo distintas nomenclaturas y orden.
1. Determinación de la necesidad de la evaluación psicosocial
Se deberá determinar la necesidad de la evaluación psicosocial de conformidad con lo establecido en el art. 16 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales o cualquier norma (incluido el convenio colectivo) donde se establezca la obligación.
2. Determinación de los riesgos que se han de analizar y estimación de su magnitud
En la fase de determinación de los riesgos que se han de analizar y estimación de su magnitud es necesario definir, de la forma más precisa posible, el problema que se debe estudiar y sus diferentes aspectos o facetas. Para ello, es necesario:
- Intentar conseguir toda la información posible, sea oral a través de la entrevista de los grupos sociales implicados, obtenida en la fase anterior, sea escrita, con la documentación que esos grupos puedan aportar sobre el tema y que, en general, consiste en:
- Organigrama oficial de la empresa.
- Horarios, sistemas de promoción, etc.
- Características de la plantilla (sexo, edad, antigüedad en la empresa y en el puesto, etc.).
- Aspectos que afectan al personal: absentismo, enfermedades, declaraciones de incapacidad para ciertos puestos de trabajo, permisos personales, formación, siniestralidad, rotación del personal, solicitudes de cambios de puesto, sanciones, etc.
- Aspectos que afectan a la producción: calidad de la producción, rechazos, recuperaciones de producto, índices de producción, productividades, intervenciones de mantenimiento, averías, etc.
- Actas de las reuniones del comité de empresa y del comité de seguridad e higiene, etc.
- Señalar la importancia de la observación del trabajo mientras se está llevando a cabo y el registro de las posibles tensiones y desviaciones entre los procedimientos de trabajo teóricos y los procedimientos reales, para determinar los riesgos que se han de analizar.
- Consultar otros estudios, teorías y conocimientos existentes relacionados con el tema, así como consultar a distintos especialistas.
CUESTIONES
1. A la hora de identificar los factores de riesgo psicosociales, ¿qué situaciones podemos detectar?
Será la posterior evaluación la que permitirá conocer la naturaleza, alcance y gravedad de la situación. Una vez analizada la posible existencia de riesgos, se darán tres posibles escenarios:
- No se identifican factores de riesgo psicosocial. Se hará constar y se plantearán métodos de control y prevención.
- Se identifican factores de riesgo psicosocial. Procediéndose a su evaluación.
- Situación de incertidumbre en alguno o algunos factores de riesgo psicosocial. De ser necesario para definir algún posible riesgo, se utilizarán técnicas complementarias o se tomará la situación más favorable para las personas trabajadoras y se pasará a la fase de intervención psicosocial.
2. ¿Cuáles son las técnicas de recogida de información más utilizadas para la evaluación psicosocial?
- La observación por parte del responsable.
- La consulta de estadísticas, informes o datos existentes en la organización relativos a siniestralidad, absentismo, rotación, etc.
- Cuestionarios a la plantilla, representación legal de las personas trabajadoras y dirección.
- Las listas de chequeo o checklist.
- Entrevistas individuales o grupales.
- Auditorías.
3. Identificación de los puestos, tareas y unidades de análisis expuestos a los riesgos psicosociales
Una vez delimitado el conjunto de factores en los que se va a centrar nuestro estudio y a partir de los datos reunidos, hay que precisar cuál es el colectivo de trabajadores y puestos de trabajo implicados.
Cuando el colectivo afectado es reducido, es posible aplicar la técnica o técnicas elegidas, a todos los trabajadores; cuando el colectivo es muy amplio, puede ser más adecuado escoger una muestra o parte representativa de ese colectivo. Conseguir esta representatividad es tarea de la técnica de muestreo, tal y como recoge la NTP 283: Encuestas: metodología para su utilización. INSST. Año 1995.
Con carácter general, las unidades de análisis básicas deberán ser los puestos de trabajo, conforme a la propia clasificación y nomenclatura que utiliza la empresa para la evaluación general de riesgos. Esto resulta sencillo en empresas de escasa dimensión y que comparten ambiente organizativo. En grupos más amplios, la agrupación en unidades de gestión que compartan elementos comunes desde el punto de vista de las condiciones psicosociales resultará más eficiente.
CUESTIÓN
¿Cómo podemos agrupar en unidades de gestión para la evaluación psicosocial?
Mediante colectivos que compartan condiciones psicosociales comunes como podrían ser procesos de trabajo o tareas similares, misma estructura organizativa, etc.
4. Elección de la metodología y de las técnicas de investigación que se han de aplicar: ¿cómo evaluamos?
Consiste en delimitar qué método y qué técnicas se van a utilizar, según el problema concreto a evaluar. Definir el método de investigación adecuado, es una cuestión teórica, mientras que la elección de las técnicas que se han de emplear es una cuestión práctica.
Según sea la naturaleza del problema a evaluar, se distingue entre:
- Métodos cualitativos o estructurales (cuando se trata de obtener información acerca de por qué las personas piensan o sienten en la manera en que lo hacen). Las técnicas más características de este método: grupo de discusión y entrevista semidirigida y en profundidad.
- Métodos cuantitativos o distributivos (cuando se trata fundamentalmente de cuantificar; por ejemplo, cuántas personas de una empresa determinada han recibido cursos de seguridad e higiene en su empresa; cuántos trabajadores consideran que la formación recibida ha sido suficiente, etc.). La técnica más característica de este método es la encuesta o cuestionario.
CUESTIÓN
¿Cómo elegimos las herramientas o técnicas de evaluación?
Las Directrices básicas para la gestión de los riesgos psicosociales. INSST. Año 2022 recomiendan elegir la herramienta o técnica que:
- Se adapte a las condiciones concretas de la organización según los factores de riesgo que se pretenden evaluar.
- Contenga métodos o criterios recogidos en normas UNE, Guías del INSST, instituciones competentes de las CC. AA. o normas internacionales.
- Ofrezcan unos resultados fiables.
- El/la encargado/a de la evaluación tenga un nivel de cualificación adecuado para su utilización.
- Adaptadas a los recursos técnicos, económicos, de tiempo, etc.
5. Consulta y participación de las personas trabajadoras
La empresa debe procurar, a través de las formas que sean adecuadas (Comité de Seguridad y Salud, delegados de prevención, etc.), que las personas trabajadoras afectadas y/o sus representantes participen en el proceso de evaluación.
6. Análisis de los resultados
Una vez que se ha realizado el trabajo de campo y se ha obtenido la información requerida, se procede al tratamiento de esos datos.
Esta fase debe permitir encontrar las causas del problema, de las posibles malas condiciones psicosociales de trabajo, teniendo en cuenta que un problema concreto puede tener diversas causas, que hay que tratar de identificar las causas reales y no aparentes y que las hipótesis han debido someterse a una verificación sobre el terreno.
7. Elaboración de un informe de resultados
La redacción del informe de evaluación requiere una atención minuciosa. Uno de los aspectos más importantes en su elaboración, es presentar la información de la forma más clara posible, de tal manera que facilite la discusión entre todos los implicados de los resultados obtenidos y de las medidas que se han de adoptar.
8. Elaboración de un programa de intervención psicosocial y puesta en marcha
A partir del informe de resultados, el siguiente paso es reflexionar y discutir con los interlocutores sociales estos resultados y poner a punto un programa de mejora que corrija el estado existente.
La intervención psicosocial se entiende como la definición, planificación, implementación y seguimiento de acciones preventivas concretas en todos los niveles jerárquicos y actividades de la empresa.
CUESTIONES
1. ¿Qué tipo de programas y acciones pueden ejecutarse?
No se concretan de forma específica en ninguna reglamentación. Cada factor de riesgo detectado supondrá una intervención a medida, con soluciones específicas en función de la empresa, los recursos, la gravedad de la situación, etc.
Las Directrices básicas para la gestión de los riesgos psicosociales. INSST. Año 2022 desarrollan tres fases:
- Prevención primaria o medidas de prevención psicosocial: para eliminar o reducir la exposición modificando los factores de riesgo en la empresa.
- Prevención secundaria o medidas de protección psicosocial: estrategias (individuales o colectivas) para mejorar la capacidad de respuesta y la capacidad de afrontamiento de las personas ya expuestas.
- Prevención terciaria o medidas de recuperación o de urgencia: estrategias de recuperación, de rehabilitación y/o de reincorporación al trabajo en personas que negativos o daños.
2. ¿Qué actuaciones debemos priorizar?
Deberán tenerse en cuenta los principios de acción preventiva. Las directrices básicas optan por actual prioritariamente sobre:
- Los focos de exposición identificados claramente en la evaluación y en los que podamos actuar con recursos propios.
- Las acciones que puedan mostrar resultados a corto plazo por ser fáciles o rápidas de implantar.
- Las intervenciones que actúen a la vez sobre varios factores de riesgo.
9. Seguimiento y control
Una vez decididas las acciones a tomar, estas deberán ir seguidas de su puesta en práctica y de un seguimiento. Por último, no hay que olvidarse de prever una evaluación y control regular de las acciones emprendidas, a fin de comprobar que se consigue efectivamente la corrección esperada. Asimismo, hay que tener en cuenta que la validez de las soluciones adoptadas puede decrecer con el tiempo y hacer necesaria una nueva intervención.