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Última revisión
24/07/2024

prevencion

¿Cómo tiene que ser la iluminación en los lugares de trabajo?

Tiempo de lectura: 3 min

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Vademecum: prevencion

Fecha última revisión: 22/07/2024

Resumen:

La iluminación inadecuada en los lugares de trabajo puede provocar graves problemas de seguridad y salud de los trabajadores. Por ello, es crucial realizar un análisis ergonómico de los puestos de trabajo para estudiar la demanda visual de la tarea y adaptar adecuadamente el sistema de iluminación. El análisis debe determinar los niveles de iluminación, presencia de deslumbramientos, reflejos, desequilibrios de luminancia e iluminancia, proyección de sombras, parpadeos y la fiel reproducción del color por parte de la iluminación.


Una iluminación inadecuada constituye un riesgo para la seguridad y la salud de los trabajadores, por lo que resultará necesario acondicionar la iluminación en los puestos de trabajo.

Un correcto análisis de la iluminación debe alcanzar su intensidad, reflejos, color y posiciones del puesto de trabajo respecto a la luz.

A TENER EN CUENTA. La NTP 211: Iluminación de los centros de trabajo. INSST define distintas nociones de la iluminación de los lugares de trabajo que, con carácter previo, es necesario conocer de cara al posible análisis ergonómico: luz, visión, sensibilidad del ojo, agudeza visual, campo visual, partes del ojo (pared de protección, sistema óptico, iris, retina, fóvea o punto ciego), etc.

CUESTIÓN

¿Cómo afecta la iluminación en el desempeño del trabajo?

En un puesto de trabajo, más del 50 % de la información necesaria para el desempeño es visual, por lo que el análisis de las condiciones de iluminación se convierte en un aspecto fundamental del análisis ergonómico del mismo.

Este análisis es complejo, ya que la gran capacidad adaptativa del ser humano puede enmascarar inicialmente las deficiencias lumínicas presentes. Puede ser necesario estudiar parámetros como flujo luminoso, intensidad luminosa, nivel de iluminación, luminancia, deslumbramientos o temperatura de color de la luz, y hay que atender a las características individuales de los trabajadores.

Siempre que sea posible, debe darse prioridad a la iluminación natural, que se complementará con la iluminación artificial cuando la primera no garantice las condiciones de visibilidad adecuadas, preferentemente general y complementada con iluminación localizada.

Si partimos de la base de que para poder hablar de iluminación es preciso contar con la existencia de una fuente productora de luz y de un objeto a iluminar, las magnitudes que deberán conocerse serán las siguientes:

- El flujo luminoso y la intensidad luminosa: son magnitudes características de las fuentes; el primero indica la potencia luminosa propia de una fuente, y la segunda indica la forma en que se distribuye en el espacio la luz emitida por las fuentes.

- La iluminancia o nivel de iluminación: es una magnitud característica del objeto iluminado, ya que indica la cantidad de luz que incide sobre una unidad de superficie del objeto, cuando es iluminado por una fuente de luz.

- La luminancia: es una característica propia del aspecto luminoso de una fuente de luz o de una superficie iluminada en una dirección dada. Es lo que produce en el órgano visual la sensación de claridad; la mayor o menor claridad con que vemos los objetos igualmente iluminados depende de su luminancia. 

A la hora de proceder al análisis ergonómico del puesto, se debe determinar los factores de riesgo presentes en el mismo, estudiando cual es la demanda visual de la tarea y las características individuales, y una serie de aspectos como:

  • Niveles de iluminación.
  • Presencia de deslumbramientos.
  • Reflejos molestos.
  • Desequilibrios de luminancia e iluminancia.
  • Proyección de sombras.
  • Parpadeos en la iluminación o efectos estroboscópicos.
  • Fiel reproducción del color por parte de la iluminación.

La iluminación de cada zona o parte de un lugar de trabajo deberá adaptarse a las características de la actividad que se realice en ella, teniendo en cuenta:

  • Los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores que dependen de las condiciones de visibilidad.
  • Las exigencias visuales de las tareas desarrolladas.

Para ello, las medidas preventivas deberán adecuar el sistema de iluminación a las tareas que se realicen, aumentar o reducir el nivel de iluminación o distribuir adecuadamente lámparas o luminarias.

Como hemos indicado, una iluminación inadecuada puede provocar errores y accidentes por falta de visibilidad y deslumbramiento, o pérdida de rendimiento o la aparición de fatiga y otros trastornos visuales y oculares.