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770 - ¿Cuáles son los tipos de equipos de protección respiratoria o EPR?
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Fecha última revisión: 02/07/2024
Los equipos de protección respiratoria (EPR), también conocidos como equipos de protección individual de las vías respiratorias, son dispositivos que se utilizan para proteger el sistema respiratorio de los usuarios de la inhalación de atmósferas peligrosas. Se clasifican en equipos dependientes y independientes del medio ambiente, además de aquellos destinados a proteger frente a riesgos biológicos. Si se tratan de sustancias altamente tóxicas o existe el peligro de no detectar mal funcionamiento, es recomendable utilizar un equipo independiente del medio ambiente. Los equipos de protección respiratoria frente a la inhalación de bioaerosoles implican la utilización de filtros HEPA o P3. Por otro lado, es importante seguir protocolos de desinfección para casos de contaminación y manejar con cuidado los desinfectantes.
Los equipos de protección individual de las vías respiratorias (EPR) son aquellos que tratan de impedir que el contaminante penetre en el organismo a través de esta vía, protegiendo el sistema respiratorio del usuario de la inhalación de atmósferas peligrosas:
- Por la presencia de sustancias peligrosas (partículas, gases o vapores, agentes biológicos).
- Por deficiencia de oxígeno.
Técnicamente, se pueden clasificar en equipos dependientes e independientes del medio ambiente. Asimismo, también hacemos mención de aquellos equipos de protección frente a riesgos biológicos.
a) Equipos dependientes del medio ambiente
Son equipos que utilizan el aire del ambiente y lo purifican, es decir, retienen o transforman los contaminantes presentes en él para que sea respirable. Estos equipos no pueden utilizarse cuando el aire es deficiente en oxígeno, las concentraciones de contaminante son muy elevadas, se trata de sustancias altamente tóxicas o cuando existe el peligro de no detectar su mal funcionamiento (por ejemplo, un gas sin olor como el monóxido de carbono).
Presentan dos partes claramente diferenciadas: el adaptador facial y el filtro. El adaptador facial tiene la misión de crear un espacio herméticamente cerrado alrededor de las vías respiratorias, de manera que el único acceso a ellas sea a través del filtro. Existen tres tipos: la máscara, la mascarilla y la boquilla:
- Máscara. Cubre la boca, la nariz y los ojos. Debe utilizarse cuando el contaminante es un irritante, para evitar su efecto sobre la mucosa ocular o en cualquier caso cuando pueda penetrar a través de ella.
- Mascarilla. Cubre la nariz y la boca exclusivamente.
- Boquilla. Ofrece una conexión entre la boca y el filtro y dispone de un sistema que impide la entrada de aire no filtrado por la nariz (pinza). Su utilización se limita exclusivamente a situaciones de emergencia.
Los adaptadores deben tener, entre otras, las siguientes propiedades: máxima hermeticidad, mínima resistencia al paso del aire, máxima visibilidad en las máscaras y máximo confort de utilización.
Los filtros tienen la misión de purificar el aire y eliminar la contaminación. Se clasifican en tres clases: mecánicos, químicos y mixtos:
- Los filtros mecánicos: retienen el contaminante, impidiendo el paso por mecanismos físicos. Se utilizan para polvo, humo o aerosoles.
- Los filtros químicos: realizan su misión filtrante disponiendo en su interior de alguna sustancia química que retiene el contaminante, adsorbiéndolo, o reaccionando con él. Los filtros químicos son específicos para una sustancia o grupo de sustancias de parecidas características químicas.
- Los filtros mixtos: realizan combinadamente la acción de los filtros mecánicos y de los químicos.
Considerando la resistencia al paso del aire y la permeabilidad al contaminante, los filtros se clasifican en varias categorías. La resistencia al paso del aire se mide como la pérdida de carga, de manera que cuanto más pequeña es, más cómoda resulta la utilización del filtro. La permeabilidad al contaminante se denomina también penetración, que es la concentración del contaminante que es capaz de atravesar el filtro. La clasificación otorga la mejor categoría o clase a los filtros cuya pérdida de carga y penetración es menor.
Otra característica de los filtros es su «vida media», que es el tiempo que tarda un filtro en alcanzar la máxima penetración admisible para una concentración conocida. Es un valor de referencia, aunque poco útil en la práctica, donde no se suele conocer la concentración del contaminante en aire.
La mascarilla autofiltrante es un tipo especial de protector respiratorio que reúne en un solo cuerpo inseparable el adaptador facial y el filtro. No son adecuadas para la protección de gases o vapores. Debido a su bajo peso y poca pérdida de carga las hace más cómodas que las mascarillas convencionales.
b) Equipos independientes del medio ambiente
Estos equipos se caracterizan porque el aire que respira el usuario no es el del ambiente de trabajo y se clasifican en: semiautónomos y autónomos:
- Los equipos semiautónomos utilizan el aire de otro ambiente diferente al de trabajo, no contaminado y transportado a través de una canalización (manguera) o proveniente de recipientes a presión no portátiles. Disponen de un adaptador facial, generalmente tipo máscara, y una manguera. El aire puede ser aspirado a voluntad a través de la manguera o suministrado a presión mediante un compresor o botellas de aire comprimido. Estos equipos se utilizan en trabajos con muy altas concentraciones de contaminante o pobres en oxígeno.
- Los equipos autónomos son aquellos en los que el sistema de aporte de aire es transportado por el usuario. Su utilización está indicada en los casos en que el aire es irrespirable y se requiere autonomía y libertad de movimientos. El uso de estos equipos en el laboratorio no es habitual, excepto en casos muy especiales, como el trabajo en laboratorios con riesgo biológico nivel 4 o en ambientes con contaminación radioactiva importante. Sin embargo, la presencia de equipos autónomos para emergencias y operaciones de salvamento sí que suele ser habitual en el laboratorio.
Por otro lado, hacemos mención de los equipos de protección frente a riesgos biológicos. Estos protegen en aquellos casos en los que exista riesgo biológico, por el cual deba establecerse un protocolo de utilización de EPI que responda a una protección efectiva frente al mismo, combinado, en su caso, con el correspondiente a mantener la asepsia (ausencia de microorganismos patógenos en una cantidad suficiente para no causar una infección) del material o muestra.
La protección respiratoria frente a la inhalación de bioaerosoles implicaría la utilización de equipos de protección respiratoria con filtros HEPA (High Efficiency Particulate Airborne), capaces de retener los microrganismos y que, en consecuencia, esterilizan el aire inhalado a través de ellos. Al no existir en la UE equipos notificados de estas características, se pueden recomendar filtros tipo P3.
Asimismo, debe disponerse de protocolos de desinfección para casos de contaminación y, debe procederse con especial cuidado al utilizar los desinfectantes por ser, en general, productos peligrosos.